July 1, 2024
Aunque muchos reconocen a Jesucristo como una figura histórica, su verdadera identidad sigue siendo objeto de debate. Algunos lo ven como un gran maestro moral o profeta, mientras que otros creen que era algo más que un ser humano.
La Biblia presenta una afirmación radical: Jesucristo es Dios encarnado. Esta afirmación se apoya en sus propias palabras y en el testimonio de sus seguidores. En Juan 10:30, Jesús declara: “Yo y el Padre somos uno”, una afirmación que sus contemporáneos entendieron como una afirmación de divinidad. También utilizó el nombre divino “Yo soy”, un título tradicionalmente reservado a Dios (Éxodo 3:14).
Los escritores del Nuevo Testamento afirman la deidad de Jesús. Juan 1:1 afirma: “En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios”. Más adelante, Juan escribe: “La Palabra se hizo carne” (Juan 1:14), indicando que Jesús es ciento por ciento Dios y ciento por ciento hombre.
¿Por qué Dios se hizo hombre? La respuesta está en la naturaleza del pecado. Nuestro pecado nos separa de Dios por esto merecemos el castigo eterno. Sólo Dios podía pagar el precio de nuestros pecados. Como Dios-hombre, Jesús murió en la cruz para reconciliarnos con Dios.
La muerte y resurrección de Jesús son fundamentales para la fe cristiana. Demuestran su poder sobre el pecado y la muerte y ofrecen la salvación a todos los que creen en Él. Como dijo Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre si no es por mí” (Juan 14:6).
En conclusión, la Biblia presenta a Jesucristo como alguien más que un simple hombre. Es Dios encarnado, el Salvador del mundo. Su vida, muerte y resurrección ofrecen esperanza y salvación a todos los que creen en Él.